Efecto asombroso de residuos fluviales de pastillas anticonceptivas en peces
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar“
Recurso Hídrico y Contaminación
Varios experimentos realizados en peces de la especie Heterandria formosa y unos análisis de la contaminación farmacológica en algunos ríos revelan que los residuos de pastillas anticonceptivas transportados por el agua pueden influir mucho en el sexo que tendrán los nuevos peces engendrados.
Los experimentos realizados por el equipo de Latonya Jackson, de la Universidad de Cincinnati en Estados Unidos, con peces de agua dulce de la especie Heterandria formosa, mostraron que los peces expuestos a un estrógeno en concentraciones del orden de los 5 nanogramos por litro en condiciones de laboratorio controladas engendraban menos machos que hembras y producían menos crías.
Por otra parte, Jackson y sus colegas han encontrado, en los arroyos adyacentes a plantas de tratamiento de aguas residuales, un estrógeno en concentraciones hasta 16 veces superiores a esa de 5 nanogramos por litro.
Los resultados del estudio sugieren que incluso esta pequeña dosis de estrógeno podría tener consecuencias significativas para las poblaciones de peces salvajes que viven río abajo de los sitios donde hay plantas de tratamiento de aguas residuales.
La sustancia estudiada por el equipo de Jackson es el 17-alfa-etinilestradiol, un estrógeno sintético que es un ingrediente activo en los anticonceptivos orales también utilizados en terapias de reemplazo hormonal.
"Cualquier cosa que tiremos por el inodoro o sea tragada por el sumidero de una pica de lavabo puede acabar en el suministro de agua", advierte Jackson. Esto incluye no solo los medicamentos que la gente tira por el inodoro (algo que nunca debe hacerse), sino también los productos químicos no metabolizados que van a parar al inodoro cuando lo usamos. Los sistemas de tratamiento de aguas residuales son buenos para eliminar muchas cosas, pero, por regla general, no fueron diseñados para eliminar los productos farmacéuticos.
En la investigación se ha comprobado que la exposición crónica de los peces al estrógeno llevó a poblaciones más pequeñas y a un desequilibrio claro en la proporción entre géneros, con más hembras que machos.
Fuente:
Octubre, 2020