El vegetal que vampiriza el agua en Etiopía

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar“

El Agua

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La escasez de agua para la agricultura puede verse seriamente agravada si una mala hierba u otro vegetal compiten por el agua con los cultivos agrícolas y logra arrebatársela a estos. La situación ya está ocurriendo y un caso particularmente preocupante es el del Prosopis juliflora en Etiopía.

Una nueva investigación ha revelado cómo la invasión de ese vegetal de hoja perenne, el Prosopis juliflora, disminuye gravemente los recursos hídricos en la región etíope de Afar, consumiendo una cantidad intolerable de este recurso ya escaso para regar el algodón y la caña de azúcar. 

Un equipo de científicos etíopes, sudafricanos y suizos, entre ellos Hailu Shiferaw, Tena Alamirew y Gete Zeleke, de la Universidad de Adís Abeba en Etiopía, Sebinasi Dzikiti, de la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica, y Urs Schaffner, del Centro de Biociencia Agrícola Internacional (CABI), han estado evaluando el uso de agua hecho por el Prosopis juliflora y sus efectos en la disponibilidad de agua de la cuenca y en la subsistencia de la población rural de la seca región de Afar, desde 2015.

Su nuevo estudio, publicado en la revista académica Scientific Reports, aporta pruebas de que este vegetal, que ha invadido tanto las llanuras de inundación del río Awash como los hábitats de las tierras secas circundantes, utiliza cantidades excesivas de agua al consumir aproximadamente entre 3.100 y 3.300 millones de metros cúbicos de agua por año en la región de Afar.

Cada árbol de esta especie puede succionar entre 1 y 36 litros de agua al día, dependiendo del diámetro del tallo y de las condiciones del lugar. Los árboles de Prosopis juliflora no solo utilizan agua durante todo el año, sino que incluso consumen más agua durante la estación seca, cuando casi todas las plantas nativas se han desprendido de sus hojas. El elevado flujo de savia de la Prosopis juliflora en las zonas áridas durante todo el año puede deberse a unas raíces excepcionalmente profundas que penetran hasta 50 metros por debajo de la superficie, donde succionan el agua subterránea que, por tanto, ya no podrá llegar a otros vegetales con raíces más cortas, incluyendo cultivos agrícolas.

Prosopis juliflora. (Foto: CABI)

En el contexto del cambio climático global y de la creciente frecuencia de episodios de sequía en las regiones secas del África subsahariana, el informe concluye que es probable que este árbol invasor genere serias dificultades para una subsistencia sostenible de la población de la región, a menos que se contenga su propagación y se reduzca su abundancia.

Desde su introducción en la región de Afar en la década de 1980, los Prosopis han invadido 1,2 millones de hectáreas de tierra. Por lo tanto, a menos que se contenga su propagación y se reduzca su presencia en las zonas donde se ha establecido, la situación irá a peor, tal como advierte Schaffner. Este subraya que los beneficios netos estimados por la mayor disponibilidad de agua que resultaría de diezmar a ese vegetal son suficientes para justificar firmemente la aplicación de un programa coordinado para mantenerlo a raya.

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Enero, 2021

El Agua