Así es la historia del “cinturón” que divide el Amazonas y el Orinoco es reciente
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”
Ríos del Planeta
Las serranías que conforman este cinturón se habrían levantado durante los últimos 23 millones de años, jugando un papel determinante en la generación de lo que hoy se conoce como las cuencas del Orinoco y el Amazonas.
Para desentrañar el pasado geológico del “cinturón” que divide los sistemas fluviales del Amazonas y el Orinoco en Colombia, su evolución reciente y su papel en la configuración de estos sistemas hídricos modernos, se han unido varias universidades brasileñas y colombianas, entre ellas la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Así lo explica el profesor Gaspar Monsalve Mejía, adscrito al Departamento de Geociencias y Medioambiente de la UNAL Sede Medellín, quien recuerda que en el oriente colombiano, separando lo que se conoce como las cuencas hidrográficas del Amazonas y el Orinoco, se presenta una serie de serranías o expresiones topográficas con mayores altitudes que las demás.
Existen evidencias de que entre estas dos cuencas hidrográficas hace varios millones de años hubo un levantamiento del relieve que divide las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco en territorio colombiano.
“Tal vez en el pasado las trayectorias de los ríos eran diferentes y esta configuración que tenemos hoy es el resultado de los últimos millones de años”, agrega el profesor Monsalve.
Según lo anterior, el objetivo principal del proyecto entre universidades colombianas y brasileñas es indagar cuáles fueron esos principales eventos del pasado terrestre que formaron el “cinturón” que divide los dos ríos y dieron origen a la riqueza de biodiversidad en sus cuencas.
¿Cómo se hará esto?
La relación que se quiere explorar con este proyecto es la construcción de ese paisaje de las cuencas hídricas del Orinoco y el Amazonas, propiciado por fenómenos del interior de la Tierra.
“Es importante que el país conozca cómo evolucionó su territorio; este tipo de investigaciones no son un lujo, son una necesidad, para poder valorar, cuidar y preservar las cuencas. Somos un país rico en biodiversidad y es fundamental saber cuáles fueron esos factores que dieron origen a esa riqueza”, comenta el profesor Monsalve.
Está estipulado que el proyecto se adelante en dos años y pretende utilizar una serie de técnicas modernas con el fin de generar uno de los registros más detallados de evolución del paisaje para un sistema fluvial.
“Hace un mes que el proyecto está en curso, tenemos a estudiantes haciendo los análisis de las formas del terreno para establecer la existencia de ese cinturón topográfico en el suroriente colombiano”, indica el docente de la UNAL.
El proyecto se divide en cuatro fases: 1) definir el contexto geofísico y geológico de la zona; 2) plantear una hipótesis sobre cuáles fueron esos mecanismos físicos que pudieron haber generado el levantamiento; 3) recolectar información de campo; 4) mediante ensayos de laboratorio, determinar la historia de la evolución de la topografía, para dar respuesta al levantamiento de este cinturón, y analizar cómo ha sido la evolución genética de las especies en asociación con dicho levantamiento.
¿Qué significa para Colombia reconstruir la historia paleográfica de la zona?
Frente a la crisis medioambiental que enfrentan el país y el mundo, este trabajo interdisciplinar entre la geología y la biología aporta herramientas para explorar caminos y generar estrategias de conservación. “De alguna manera, si tenemos claridad sobre cómo se ha desarrollado la vida, podemos cuidarla”, indica el profesor Monsalve.
Los investigadores que abordaron el estudio, Mauricio Parra, del Instituto de Geociencias de la Universidad de São Paulo (USP); María José Sanín, de la Universidad CES, y los profesores Agustín Cardona y Gaspar Monsalve, de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín, llevan varios años de trabajo conjunto.
Por último, el profesor Monsalve señala que “la investigación tiene la potencialidad de contribuir a una predicción de futuros cambios en los ríos amazónicos y la evolución de su biodiversidad, además de aportar al desarrollo de estrategias de conservación y mitigación”.
Fuente:
Noviembre, 2021