Los ríos se deshidratan: si no reaccionamos nos espera un seco futuro
“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar“
Ríos del Planeta
La alteración fluvial agrava las consecuencias de la crisis climática en la disponibilidad de agua potable. Los científicos alertan que los cambios son rápidos y generalizados
En los últimos tiempos, los oceanógrafos han sospechado que el calentamiento global está afectando la circulación oceánica, con consecuencias tales como que las corrientes tropicales más fuertes podrían llevar más agua cálida a latitudes más altas, por ejemplo, cambiando con ello los actuales patrones climáticos. Pero ¿qué pasa con los ríos?, ¿hasta qué punto se verán afectados sus caudales?
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Agua, una nueva investigación liderada por la Universidad del Estado de Míchigan (EEUU) en colaboración con científicos e instituciones de 12 países, revela que el caudal de los ríos está cambiando significativamente en todo el mundo en las últimas décadas, demostrando que el agua disponible está más a merced que nunca de las alteraciones provocadas por el cambio global, lo que podría provocar más inundaciones o sequías y un problema potencial en cuanto a la seguridad alimentaria y al agua disponible en todo el planeta.
Los datos reflejan un hecho inquietante: los ríos están cambiando de forma destacada en todo el planeta
Que un clima alterado sea el impulsor clave de los cambios actuales en el flujo global de los ríos no es un hallazgo halagüeño. Dependiendo de la región y la época del año, las alteraciones podrían influir en el desarrollo de nuestras actividades y en la conservación de los ecosistemas naturales, puesto que el caudal de los ríos es un indicador clave de los recursos hídricos disponibles para los seres humanos y para el medio ambiente.
Avanzamos hacia un escenario complejo
Así, a pesar de que la gestión del agua de riego, a la que destinamos tres cuartas partes del consumo humano, afecta al caudal que portan los ríos terrestres, este estudio ha demostrado que el cambio climático es el mayor responsable del estado de conservación de los recursos hídricos. "Se trata de un hallazgo digno de mención porque a medida que el fenómeno avanza impacta de manera cada vez mayor provocando grandes fluctuaciones, lo que podría estar empeorando el riesgo de inundaciones o aumentando las sequías durante las estaciones secas", explica Yadu Pokhrel, coautor del trabajo que publica la revista 'Science'.
Para desglosar la influencia de todos los factores que podían impactar en los recursos hídricos, los científicos analizaron los datos de 7.250 estaciones de medición u observatorios en todo el mundo recopilados entre 1971 y 2010. Estos datos representan ahora mismo el conjunto de datos global de observaciones de caudal de ríos más grande disponible en la actualidad. "Gracias a estos datos, pudimos validar los modelos y demostrar que, en efecto, los datos obtenidos son un fiel reflejo de la realidad", comenta Lukas Gudmundsson, líder de la investigación.
De la misma forma, también se llevaron a cabo varias simulaciones por ordenador de nueve modelos hidrológicos globales comparando las observaciones con simulaciones con gases de efecto invernadero producidos por el hombre (el CO₂, el CH4 y el N2O son los tres principales gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global antropogénico) y otras simulaciones sin presencia de ellos.
Las conclusiones apuntaron a que, en todo el mundo, el cambio climático provocado por el hombre alteró el flujo promedio de los ríos a largo plazo, así como la corriente durante las estaciones secas, evidenciando que algunas regiones como el Mediterráneo y el noreste de Brasil se han vuelto más secas, mientras que en otras partes del globo el volumen de agua que discurre entre sus márgenes, ha aumentado, como en el caso de Escandinavia.
La clave será la gestión eficiente
Y, según los resultados, el cambio climático derivado de las actividades humanas es el único factor que explica esta preocupante evolución. En algunas zonas del planeta, el cambio climático conduce a un mayor deshielo en zonas tradicionalmente cubiertas por glaciares y, en otras, un aumento de las precipitaciones torrenciales, dos de los motivos que llevan al incremento del caudal de los ríos. Si bien es cierto que los caudales de ríos y arroyos pueden cambiar año tras año, no aumentan ni disminuyen en escalas de tiempo prolongadas sin una influencia seria y persistente, como la del cambio climático o las acciones humanas sobre sus cauces o sus fuentes.
"Investigaciones anteriores han demostrado que los caudales de los ríos han ido cambiando a lo largo del tiempo a nivel mundial, pero se desconocían las causas. Este estudio muestra que el cambio en el caudal de los ríos anualmente o durante las sequías fue causado principalmente por el cambio climático durante los últimos 30 años", aclara Pokhrel. "Esto sugiere que estamos en camino de perder cada vez más agua en los ríos a medida que continúa el cambio climático, lo que podría socavar seriamente nuestra capacidad de mantener el suministro de agua para beber, las industrias, la generación de energía y la producción de alimentos".
Teniendo en cuenta la alta fiabilidad de los datos obtenidos, estos modelos también pueden proporcionar escenarios de alta confianza sobre cómo van a seguir cambiando los ríos en el futuro, lo que ayudará a la hora de prever cómo gestionar el problema en las regiones afectadas con el fin de asegurar el suministro de agua y adaptarse al cambio climático.
Hasta ahora desconocíamos las causas exactas de por qué los caudales estaban cambiando tanto. Ahora que sabemos por qué, deberíamos actuar en consecuencia para garantizar el suministro de agua, ya que las decisiones relacionadas con la planificación del uso de la tierra, la protección contra inundaciones, la infraestructura de los servicios y muchas otras facetas relacionadas con la gestión del agua tendrán un gran impacto en la vulnerabilidad a la que deberemos hacer frente en un escenario de aumento del calentamiento.
Dicho de otro modo, más allá de la disponibilidad que nos ofrezcan los ríos y acuíferos, la gestión eficiente de este recurso será lo que determinara el riesgo al que deberemos hacer frente de ahora en adelante.
Fuente:
Sarah Romero
Abril, 2021