Mejillones para limpiar el agua del puerto de Palma, sin maltratarlos

“Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar”

Biodiversidad

El mejillón. Este molusco es el protagonista de un estudio científico pionero en Europa que se desarrolla en el puerto de Palma para mejorar la calidad del agua y regenerar este particular ecosistema. Eso sí, sin maltratarlo ni acortar su vida.

"El mejillón como biorremediador en las aguas del puerto de Palma" es el nombre técnico de esta iniciativa a tres bandas de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), la empresa privada Astilleros de Mallorca y el Centre Oceanogràfic de les Balears-Instituto Español de Oceanografía, responsable científico de este estudio marino cuyo coste no sobrepasa los 15.000 euros.

Por ahora, una propuesta científica similar solo se ha desarrollado en el puerto de Nueva York, con resultados muy positivos.

Junto a una jaula de estos mejillones aportados por mariscadores de Menorca, la doctora y profesora de Investigación del Ocenaográfic Salud Daudero ha explicado a Efe las peculiaridades del estudio.

A modo de resumen, la científica ha puesto como ejemplo que si la calidad del aire es mala, la propuesta es plantar árboles: "Sería algo análogo, mejorar con mejillones la calidad del agua".

Los científicos han lanzado al puerto de Palma tres jaulas, cada una con unos 30 mejillones, y una cuarta fuera de la escollera. De este modo los análisis que se realicen permitirán comparar la salud de unos y otros ejemplares.

Durante tres meses los mejillones están filtrando el agua del puerto de Palma y, mediante este proceso, acumularán los elementos contaminantes del mar como hidrocarburos, metales pesados y microplásticos, uno de los "problemas medioambientales de hoy en día", ha relatado Daudero.

Estos mejillones "menorquines" ya llevan dos meses en el agua y, de hecho, ya han criado. La bibliografía científica concluye que un solo mejillón, solo uno, filtra dos litros de agua por hora.

Si los mejillones del puerto de Palma resultan claramente beneficiosos y viables para el filtrado final de las aguas portuarias, se formulará una propuesta científica para limpiar mediante este sistema natural otros enclaves marinos.

"De momento están aguantando muy bien", ha señalado la científica, que ha comprobado ella misma el aspecto de algunos ejemplares tras recuperar una de las jaulas.

Los mejillones están a propósito dentro de estas jaulas para evitar que terminen siendo el sabroso alimento de doradas y pulpos.

El propósito de la APB, que corre con los gastos de esta iniciativa, es ampliar a medio plazo este sistema a otros puertos de su competencia.

Diferentes estudios, como el del laboratorio marino de Plymouth, en el Reino Unido, confirman la capacidad de los mejillones para eliminar los pequeños plásticos flotantes: solo un grupo de 300 mejillones puede filtrar hasta 250.000 piezas de microplásticos cada hora.

Según los mismos análisis, los mejillones podrían reducir con rapidez hasta el 25 % de los microplásticos que flotan en el mar.

"A día de hoy no existe una fórmula de filtrado y depuración de aguas portuarias más barata, ecológica y sostenible" que este experimento puesto en marcha en el puerto de Palma, ha destacado la científica.

Esta prueba piloto es "muy innovadora" y, si es positiva, "mejorará" la calidad del agua y del ecosistema marino y facilitará el "regreso" de algas, peces y del propio mejillón, que habitaba el puerto de Palma hace décadas.

Deudero ha dejado claro que a los mejillones protagonistas de este experimento "no se les está poniendo en una situación ambiental extrema", también porque la calidad del agua del puerto palmesano es "relativamente buena".

"El mejillón es un organismo muy tolerante, en su fisiología y su metabolismo; puede aguantar situaciones de falta de oxígeno o que haya mucha partícula en suspensión, no está sufriendo, no es un maltrato animal", ha enfatizado la doctora.

Precisamente, los análisis biológicos permitirán conocer si estos mejillones crecen en el puerto conforme a su naturaleza. La intención es que estén en un "fitness biológico correcto", ha señalado.

Estos mejillones no tendrán que ser sacrificados, ya que podrán completar su ciclo vital sin padecer por el hecho de vivir en un puerto. De hecho, el mejillón necesita "materia orgánica como alimento: en realidad las mejores condiciones para este molusco es un puerto y no las aguas limpias".

Por tanto, ha continuado Deudero, estos moluscos podrían devolver a las aguas portuarias su balance ecológico de forma natural y equilibrada con el medio, aunque para ello se tarden años o décadas.

En ningún caso estos mejillones se destinarán al consumo humano. Su misión es únicamente filtrar, oxigenar y ayudar a mejorar las aguas portuarias y, tal vez en el futuro, también zonas próximas a emisarios, aguas de deficiente oxigenación y renovación de otras con exceso de aportes de fertilizantes de origen agrícola.

El primer puerto del mundo que ha implementado a gran escala el sistema de biorremediación con mejillones es el de Nueva York.

Las conclusiones de los investigadores de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos son "claras": los mejillones han logrado filtrar bacterias, microalgas, sedimentos, hidrocarburos, metales pesados e incluso microplásticos, mejorando notablemente las condiciones biológicas y físico-químicas de las aguas portuarias.

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Julio, 2022

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