¿El río más inquieto del mundo? Ha cambiado cientos de veces su cauce
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
Ríos del Planeta
El río más importante de la Patagonia se deja ver desde el espacio como un curso de agua zigzagueante. Las imágenes satelitales entregan escenarios que demuestran que ha sufrido drásticos cambios, algunos en los siglos recientes.
El río Negro es conocido como uno de los más zigzagueantes de Sudamérica.
El río Negro es uno de los ríos más importantes de la Patagonia Argentina con un recorrido de 635 kilómetros desde su nacimiento, tras la unión de los ríos Limay y Neuquén. Durante muchos años fue navegable para barcos que llevaban mercancías. Hoy en día es el centro de la vida y la economía de los valles que lo surcan y que destacan por la producción de manzanas y peras.
Lo que no muchos saben es que ese río que parece imperturbable y es paisaje de un gran cantidad de ciudades y pueblos rionegrinos, ha cambiado de curso una innumerable cantidad de veces en su historia. Según relataba EarthObervatory en uno de sus informes, el río es reconocido por las tripulaciones de astronautas en órbita en la Estación Espacial Internacional como uno de los ríos más serpenteantes de América del Sur.
En la imagen principal que acompaña esta nota al inicio se puede observar cómo desde el espacio se hace notorio que la llanura de inundación del río, que tiene en promedio unos 10 kilómetros de ancho, es un rosario de viejos cauces o lagos antiguos. Las zonas donde el río ha tenido una mayor cantidad de cambios en su historia corresponde a las zonas que hoy pertenecen al este del alto valle, el valle medio y el tramo final hacia el mar.
Un río que no tiene nada de estático
Cada una de las cicatrices que han dejado los meandros del río, y que son claramente visibles desde el espacio, muestran las posiciones pasadas de las curvas que ha dibujado. El río Negro es un ejemplo dramático de la movilidad de los cauces con el transcurso del tiempo. Estos meandros se produjeron cuando el río fue moviéndose por la llanura aluvial en el pasado geológico más reciente, probablemente durante los últimos cientos de años.
En esta imagen satelital procesada en blanco y negro se pueden observar la gran cantidad de cursos que ha tenido el río Negro. Corresponde a un sector de valle medio.
La imagen de portada también tiene otro detalle interesante. Pueden observarse sobre el río sectores más amarillos. Esas zonas coinciden con destellos del Sol al momento de obtener la imagen. En ese sector el río tiene un segmento en el que fluye hacia el sur, y se encuentra a unos sesenta kilómetros al sur de la ciudad de Choele Choel.
Pero también se puede observar que por fuera del curso principal del río aparecen otras zonas con destellos amarillos, lo que nos indica la presencia de agua. Esos sectores con agua embalsada corresponden a brazos muertos del río, viejos cauces que han formado lagos cerrados alimentados por la propia filtración.
Cursos y brazos muertos pero con agua
Uno de los brazos muertos del río se deja ver de color anaranjado en el centro de la imagen. Esta coloración está demostrando que allí pueden encontrarse especies de algas que viven en ambientes con gran cantidad de sal, que el cauce ya extinto podría estar tomando de las napas subterráneas.
Sobre los valles formados por el río se han desarrollado zonas reconocidas por la producción de manzanas y peras
Aunque ese tipo de algas son muy poco frecuentes en llanuras aluviales, esta podría ser una excepción. Con lluvias en la zona por debajo de los 300 milímetros anuales (y algunas temporada con mucho menos), la evapotranspiración es tan alta que ayuda a que este tipo de lagos someros se vuelvan salados.
En una investigación para Conicet, los científicos Fernando Archuby, Leonardo Salgado, Soledad Brezina y Ana Parra, titulado 'Dos orillas, dos mundos', se describe que en el pasado geológico la zona sufrió profundos cambios con la irrupción del océano Pacífico y más atarde el océano Atlantico. Por otro lado, luego de la construcción de las represas sobre los ríos Neuquén y Limay, los sedimentos que bajaban desde la cordillera han mermado considerablemente.
Fuente:
Enzo Campetella
Juan José Villena
Agosto, 2020