Suspenso para los ríos españoles
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
Conservación de las fuentes de agua / El fenómeno de la sequía
España no está efectuando un control adecuado y suficiente del agua que extrae de sus ríos. Tampoco está utilizando los indicadores necesarios (peces, continuidad natural de los ríos, bosques de ribera) para evaluar el buen estado ecológico de sus aguas (ríos, acuíferos, lagunas…).
Y debe continuar sus esfuerzos para fijar “lo antes posible” unos caudales mínimos o ecológicos en todos los ríos relevantes.
Así lo señala un informe de la Comisión Europea en el que se remarcan las deficiencias de los planes hidrológicos elaborados por España para el período 2016-2021.
Un resumen: España no está aplicando bien la directiva marco del agua de la UE, destinada a recuperar el buen estado ecológico de los ríos.
El informe señala que la planificación hidrológica española ha mejorado en algunos aspectos con relación a los planes aprobados con anterioridad (los del período 2009-2015) pero son avances limitados.
Se ha incrementado el nivel de conocimiento de las masas de agua y la información suministrado. Sin embargo, en un documento de 200 páginas, la CE lanza un duro rapapolvo a los responsables de estos planes, aunque con tono diplomático.
En total, se efectúan 25 recomendaciones para proteger los ríos, lagos, acuíferos y demás masas de agua. La calidad de los ríos no ha mejorado globalmente y casi la mitad de las masas de agua de los ríos están en un mal estado ecológico (el 46%).
“El informe de la Comisión Europea muestra que hay elementos del Plan Hidrológico estatal que no se ajustan aún a la directiva marco del agua”, destaca el eurodiputado Francesc Gambús, quien reclama al Gobierno español (sea cual sea el que salga de las urnas) que “siga con más rigor las recomendaciones de la Comisión Europea”, porque “las directivas europeas no se pueden cumplir a medias”.
EXTRACCIÓN Y MEDICIONES
“España debe extender el uso de medidores de caudales”
El informe apunta que no hay un control adecuado del agua que se extrae. Por eso señala que España debe “extender el uso de medidores de caudales” (caudalímetros), especialmente en los regadíos, “para asegurar que todas las extracciones son medidas y registradas”; y lograr que los permisos de extracción “estén conformes a los recursos disponibles”.
“No ha aumentado el número de medidores de los caudales y tampoco hay cifras transparentes sobre todos los usos del agua, los cuales deberían estar en un registro transparente y accesible a cualquier ciudadano”, resalta Julia Martínez, directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua.
ERROR TÉCNICO
Se confunden los proyectos con las medidas para mejorar el río
Un error que se continúa cometiendo es que los proyectos e infraestructuras (generalmente de impacto relevante: los embalses, por ejemplo) se siguen incluyendo en el programa de medidas (para aplicar la directiva marco del agua, en lugar de analizarlos en el capítulo de las presiones que reciben los ríos.
La directiva comunitaria persigue recuperar el buen estado ecológico de los ríos y por eso pide que se tomen medidas para mitigar esos impactos, y que se demuestre con estudios cuantitativos que la elección de una infraestructura, por ejemplo un embalse, es mejor alternativa que otras soluciones. Este fallo ya se produjo en el primer grupo de planes hidrológicos presentados. Y no se ha corregido.
Por eso, ahora se dice que “España debe asegurar que todas las presiones (que sufren los ríos) son incorporadas en este análisis, en línea con las recomendaciones previas”.
ATRIBUIDO A LA CRISIS
“Ha habido una reducción en el número de puntos de control”
Sorprendentemente no solo no ha mejorado el control y seguimiento de las masas de aguas, sino que “ha habido una disminución en el número de puntos de control respecto a los primeros planes hidrológicos” (2009-2015).
Es decir, los muestreos para conocer esa calidad de los ríos se redujeron o no se han mantenido adecuadamente. Ha habido estaciones de muestreo que han dejado de funcionar e inversiones que se han dejado de realizar, lo que el gobierno del PP justificó en la necesidad de efectuar recortes a causa de la crisis desencadenada en el 2008.
CUENCAS DEL EBRO O DEL TAJO
Establecer caudales ecológicos “lo antes posible”
Tampoco se ha aprobado la asignatura de los caudales ecológicos. Ha habido una mejora respecto a los primeros planes; pero hay cuencas en donde no se da tal avance.
En las del Ebro y Tajo hay muchos ríos sin un régimen de caudales mínimo (lo que les hace ser vulnerables a las extracciones desproporcionadas mientras se amenaza su biodiversidad).
Y no está claro cuándo estarán terminados los estudios necesarios para fijar los caudales ecológicos en estas cuencas. “España debería continuar sus esfuerzos para establecer caudales ecológicos en todas las masas de agua relevantes y asegurar su aplicación lo antes posible”.
ESTADO REAL DEL RÍO
Completar la evaluación de la presencia de peces
La CE pide que los programas de control hagan un seguimiento “de todos” los indicadores que permiten analizar si un río está en buen estado o no. Ahora, diversos indicadores (sobre todo, los indicadores de peces y los hidromorfológicos) no están incorporados en la determinación del estado ecológico y los planes de muestreo.
En pocas palabras, si no analizan parámetros que son clave para evaluar el estado del río, el resultado final será engañoso. Es lo que viene denunciando reiteradamente el ecólogo Narcís Prat. Muchas confederaciones hidrográficas (Ebro…) apenas utilizan los indicadores sobre presencia de peces en el río (echan mano sobre todo, de invertebrados).
“España debería completar el desarrollo de los métodos de evaluación para los peces en todas las masas de agua”, insiste el informe.
PRESAS, DIQUES
Eliminar los obstáculos que bloquean los cursos fluviales
Otras veces, se ignoran los análisis de la hidromorfología del río; es decir, si éste lleva un caudal apropiado; si sus riberas y bosques fluviales están en buen estado, o si el cauce está desfigurado con obstáculos, como embalses, diques, canalizaciones o presas más o menos justificados que impiden el movimiento longitudinal de los peces o los confinan.
Muchas infraestructuras en el río pueden resultar útiles, pero muchas otras (antiguos molinos, presas obsoletas…) permanecen en el lecho del río por desidia o resistencias.
El informe dice que España debe continuar haciendo estudios sobre la situación natural original de los ríos para evaluar su recuperación.
Tradicionalmente en España muchos sectores (muy influyentes en la Administración hidráulica) se han resistido a evaluar estos impactos (presas, embalses, encauzamientos).
“Estos estudios hidromorfológicos no se usan. Y, si se utilizaran, probablemente la proporción de masas de agua en mal estado sería mucho mayor que la que ahora aparecen en las cifras oficiales”, dice Julia Martínez, director técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua.
Hay resistencia a colocar los embalses en el capitulo de la presiones que sufre el río, añade.
La falta de estos estudios ha venido siendo denunciada por diversos especialistas (el ecólogo Narcís Prat) o la Fundación para la Nueva Cultura del Agua o Ecologistas en Acción). “Y si no se han estudiado la presencia de peces probablemente es porque sus resultados también demostrarían que muchas de las masas de agua están peor de lo que se dice oficialmente”, añade.
ASIGNATURA PENDIENTE
Pocas muestras de contaminantes peligrosos
La CE considera que hay pocos muestreos sobre los contaminantes químicos peligrosos (pesticidas, contaminantes industriales, restos de medicamentos) y cuando se dan, se llevan a cabo con poca frecuencia.
Estima que los planes hidrológicos españoles tampoco ponen énfasis en analizar los contaminantes específicos de cada cuenca (el lindano, por ejemplo en la cuenca del Ebro), una tarea complementaria al análisis de los contaminantes comunes en la UE.
EXCEPCIONES, CASI UNA NORMA
Tendencia a pedir demoras para recuperar los ríos
España hace además un abuso de las excepciones; es decir, de la flexibilidad que admite la directiva para recuperar la salud ecológica de los ríos. La normativa comunitaria, aprobada en el año 2000, se fijó como meta lograr la plena recuperación de los ríos en el año 2015. Pasaron 15 años, y no se logró.
La norma permitía, en casos muy extraordinarios y justificados, establecer objetivos menos exigentes o demorar este plazo (pero siempre con las justificaciones debidas).
El informe de la UE señala ahora que en el caso de España “ha habido un aumento de las excepciones”, y que la tendencia ha sido prorrogar las previsiones de recuperación de los ríos (hasta el 2027), en lugar de rebajar los objetivos de calidad, en lo cual detecta “una reducción del nivel de ambición”.
QUIEN CONTAMINA PAGA
Repartir los costes de manera justa y proporcional
También se pide que se defina claramente en cada tramo de río quiénes son los causantes de las presiones sobre los ríos y su degradación, para definir mejor la medidas a adoptar y concretar las acciones.
Los planes hidrológicos españoles hablan de presiones, pero no están identificadas para cada masa de agua concreta; por eso, la UE pide transparencia sobre los sectores causantes de estos impactos.
DELTA DEL EBRO
Las zonas protegidas requieren objetivos más exigentes
El informe revela que los planes hidrológicos no fijan objetivos de calidad de las agua para las áreas que tienen una protección especial “Vemos muy positiva la exigencia de la Comisión de que se establezcan análisis adicionales de las zonas protegidas, como en el delta del Ebro”, dice el eurodiputado Francesc Gambús.
Se deben fijar estándares de calidad ecológica para determinadas masas de agua, “precisamente porque acogen especies protegidas, y esto no se está haciendo”, señala Julia Martínez.
El eurodiputado Francesc Gambús pide también “medidas eficaces y urgentes” para hacer frente a los efectos del cambio climático sobre la reducción de caudales en los ríos.
FALTA COLABORACIÓN INTERNACIONAL
La valoración del ecólogo Narcís Prat
“El informe de la Comisión Europea apunta que los planes hidrológicos de España han mejorado un poco, pero siguen sin ser buenos planes; tienen numerosas carencias. Excepto algunos planes, como los de las cuencas internas de Catalunya, en el resto se ha hecho poco entre un primer ciclo (2009-2015) y el segundo” (2016-2021), señala el profesor Narcís Prat (UB), uno de los principales expertos en ecología fluvial.
“El documento también pone de relieve que en este segundo ciclo se han llevado a cabo muchos menos análisis de las agua”, agrega.
“En los mapas del informe, las cuencas internas de Catalunya son presentadas como las zonas con un peor estado ecológico, pero se debe a que en este caso se han hecho todos los análisis requeridos y se conoce la situación con más detalle. En cambio, en muchas cuencas hidrográficas no se han analizado los contaminantes persistentes, una ausencia que ofrece una visión distorsionada de la realidad”, añade.
“El documento también destaca que España no ha colaborado en el ámbito internacional en la gestión de aguas comunes y no se han establecido las condiciones de referencia originales en las masas de agua. También queda claro que la red de monitoreo es incompleta y que sólo se analiza la presencia de peces en un 25% de las masas de agua”,dice Narcís Prat.
“No se han medido suficientemente los caudales de los ríos y los niveles de los pozos. Y aunque se han hecho estudios sobre caudales ecológicos, no se han aplicado”, enumera.
Fuente:
Antonio Cerrillo
Marzo, 2019