El cambio climático agravará las grandes inundaciones

"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"

El Agua y el Cambio Climático

Inundaciones en numerosas zonas de la Tierra provocan pérdidas humanas y cuantiosos gastos económicos. Y detrás de todo está la mano del hombre, veamos qué consecuencias podemos sufrir.

Inundaciones monzónicas en el sudeste asiático en el verano de 2019.

Inundaciones monzónicas en el sudeste asiático en el verano de 2019. Fuente: AFP.

En este 2019 podríamos hacer una lista interminable con las regiones del mundo que están sufriendo grandes precipitaciones, tanto por su mayor duración en el tiempo como por la intensidad. Las lluvias torrenciales se han extendido por todas las latitudes.

En el inicio de la primavera fueron Estados Unidos e Irán los que las padecieron, al final de esta estación Argentina y ya más recientemente la mayor parte del sur de Asia, Vietnam, Paquistán e India han sido las zonas más afectadas. Las pérdidas humanas y las económicas son muy cuantiosas, cifrando estas últimas en miles de millones de euros en infraestructuras, ganadería y agricultura, lo que provoca la caída en bolsa de las grandes aseguradoras mundiales.

Estados Unidos partido en dos

Las históricas inundaciones en este país en la primavera de 2019 llegaron a “dividirlo” en dos a lo largo de cientos de kilómetros por el desbordamiento de grandes ríos como el Misisipí, el Misuri y el Arkansas, inundando grandes extensiones de terreno.

El cambio climático causado por el hombre parece que está detrás de estas situaciones, ya que está intensificando los aguaceros más fuertes. Más del 70% de la superficie de nuestro planeta está cubierta de agua y a medida que lo calentamos aumenta la evaporación en los océanos, lagos y suelos. Esto permite que en la atmósfera exista más vapor de agua preparado para convertirse en fuertes lluvias cuando los patrones climáticos lo permiten.

Inundaciones repentinas o progresivas

Podemos clasificar una inundación como repentina o súbita y como lenta o progresiva, siendo la principal diferencia entre ellas al empuje de la corriente o la energía liberada. Las súbitas o repentinas se producen, generalmente, en cuencas hidrográficas de fuerte pendiente. Son causadas por fuertes lluvias. Pueden desarrollarse en minutos u horas según la intensidad y la duración de la lluvia, la topografía, las condiciones del suelo y la cobertura vegetal. Ocurren con pocas o ninguna señal de advertencia.

Este tipo de inundaciones puede arrastrar rocas, tumbar árboles, destruir edificios u otras estructuras y crear nuevos canales de escurrimiento. Los restos flotantes que arrastra pueden acumularse en una obstrucción o represamiento, restringiendo el flujo y provocando inundaciones aguas arriba del mismo, pero una vez que la corriente rompe la represión, la inundación se produce aguas abajo.

Ciudad de Hamburgo, en el estado norteamericano de Iowa, el 20 de marzo de 2019.

Ciudad de Hamburgo, en el estado norteamericano de Iowa, el 20 de marzo de 2019. Fuente: La Opinión, Scott Olson.

Las lentas o progresivas se producen sobre terrenos planos que desaguan muy lentamente y cercanos a las riberas de los ríos, o donde las lluvias son frecuentes o torrenciales. Muchas de ellas son parte del comportamiento normal de los ríos, es decir, de su régimen de aguas, ya que es habitual que en los meses con mayores acumulados de lluvia aumente la cantidad de agua e inunde los terrenos cercanos a las orillas.

Consideraciones finales

Distintos estudios realizados en Estados Unidos demuestran que las inundaciones a menudo se producen en los días o meses más lluviosos. Desde 1950, y valga la redundancia, el día más lluvioso del año se ha vuelto más lluvioso en el 79% de los observatorios analizados, tanto en zonas húmedas como en secas. Y además de aumentar en cantidad, los aguaceros están ocurriendo con mayor frecuencia, sobre todo en este siglo.

Por tanto, a medida que el clima se vaya calentando, estos episodios más fuertes pueden intensificar las precipitaciones y las inundaciones, sean del tipo que sean, por lo que se producirán en cualquier lugar de la Tierra y los problemas que provocan se irán extendiendo a zonas que en la actualidad no son proclives a estos desastres. 

¿Aún seguimos negando la evidencia de la culpa humana en los últimos grandes desastres meteorológicos? ¿Estaremos a tiempo de evitar que, según aumente la temperatura de la Tierra,

aumenten todos estos problemas? Que cada uno saque sus propias conclusiones -y consecuencias-.

Fuente:

Fernando Llorente

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Agosto, 2019