El abrazo de los ríos no teme al coronavirus
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
Ríos del Planeta
Cuando dos seres queridos se encuentran, un abrazo es proverbial. Desgraciadamente, en estos aciagos tiempos en los que nos inunda la pandemia del coronavirus, abrazarse no es nada recomendable. Hemos entrado, esperemos que por muy poco tiempo, en una época de sequía del abrazo.
Por eso reconforta observar el caudaloso abrazo de dos ríos en plena pandemia. El Deva y el Quiviesa, a cauce pleno, rebosan sobre sus respectivos azudes y se dan un abrazo en Potes. El primero viene del valle de Camaleño y el segundo del de Liébana. Ambos penetran en una olla esculpida por los Picos de Europa y la Peña Sagra. Y para unirse, la cuartean.
Tras su abrazo a prueba de virus, siguen descendiendo hasta Ojedo, donde el Bullón aporta el “abrazo del oso”. El definitivo para que, desde allí, los tres hermanos confundidos ya en uno solo, adopten el nombre del mayor y se apresuren a atravesar el desfiladero de la Hermida para llegar fundirse con el mar Cantábrico.
Emociona contemplar en nuestras fotos de hoy, a dos ríos humanos fundidos en un abrazo torrencial, apasionado. Dos cauces cortos, pero intensos que se funden en en Potes, rebasando los azudes y en su caso, sin miedo al contagio.
Un ejemplo de esperanza y confianza para que nosotros deleguemos nuestro a brazo fraternal en los ríos, hasta que, seguro que muy pronto, podamos volver a abrazarnos sin miedo. Mientras tanto, los ríos lo harán por nosotros. Y solo tendremos que observarlos para comprobarlo. Como hoy y aquí, en Potes.
El coronavirus será dominado siempre que cada uno de nosotros adoptemos las medidas de protección adecuadas. Y los ríos continuarán dándose su eterno abrazo para estimularnos con su presencia y su ejemplo. Se fundirán las nieves en la Cantabria infinita. Llegará el calor del estío y el caudal de los ríos se irá debilitando. Entonces, llegará el momento de nuestro abrazo, para recoger el testigo que ellos, afectados por la sequía estival, nos entregarán de buen grado.
Fuente:
Lorenzo Correa
Marzo, 2020